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vII. GERMINACIÓN Y PLÁNTULA
¡Es momento de sembrar!
Nota sobre la germinación en exterior: en la mayor parte de México tenemos la ventaja de contar con el clima adecuado para cultivar todo el año. Sin embargo, el tamaño de tu planta dependerá de cuándo germines tu semilla. A partir de los últimos días de febrero, entre antes germines, más grande crecerá tu planta. Si germinas los últimos días de verano, en otoño o en invierno, la mota tendrá poco tiempo de vegetación, por lo que no será muy grande.
Nuestro amigo Calcetín Kush tiene un video genial que explica de forma muy sencilla cómo germinar una semilla de cannabis. Puedes verlo en este enlace:
Calcetín Kush: ¿Cómo germinar una semilla de cannabis? Método en servilletas
Hay muchos métodos muy efectivos para germinar una semilla, pero aquí hablaremos del que siempre usamos y nunca nos falla: el método de las servilletas. Ten en cuenta que la temperatura ideal para que tus semillas germinen es de entre 22º y 26º C.
Paso 1: Pon tu semilla a remojar en un vaso con agua durante toda una noche.
Paso 2: En un plato, coloca una servilleta y humedécela, de preferencia con un atomizador, cuidando que la servilleta no quede ahogada en agua, sólo húmeda. Toma la semilla del vaso y colócala en la servilleta.
Paso 3: Coloca otra servilleta cubriendo la semilla y de igual forma humedécela con un atomizador, cuidando de no encharcar.
Paso 4: Con otro plato, cubre completamente tus servilletas y semilla, para crear un ambiente húmedo y oscuro, ideal para la germinación. Asegúrate que los platos no permitan la entrada de luz (la oscuridad es muy importante para la germinación). Sólo ábrelos para revisar 3 o 4 veces al día que tus servilletas se mantengan húmedas. Si comienzan a secarse, aplica agua con el atomizador.
Paso 5: Después de uno o dos días, tu semilla habrá germinado, enseñando su primer radícula (la colita blanca que sale de la semilla). Si las semillas son viejas, pueden tardar unos pocos días más en sacar radícula.
Paso 6: Cuando la radícula mida alrededor de 2 o 3 cm, es momento de pasarla a su primer recipiente con tierra preparada.
En un vaso pequeño de plástico prepara una mezcla de 50% tierra negra, 30% fibra de coco y 20% perlita (asegúrate que los ingredientes estén bien mezclados). Puedes prescindir de la fibra de coco y reemplazarla con más tierra negra, pero lo cierto es que la fibra de coco es un medio que ayuda mucho en esta etapa de vida de la planta.
Con la punta de tu dedo haz un pequeño hoyito de aproximadamente 2 cm en la tierra preparada, deposita ahí la semilla y cubre con tierra negra, cuidando de no apretar mucho y que la semilla no quede bajo más de 2 cm de tierra.
Humedece la tierra con un atomizador (sin encharcar, ya que ahogarías a la semilla) y deja el vaso bajo una luz no muy fuerte, puede ser bajo un tragaluz, un foco cfl, o una lámpara led alejada según las especificaciones del modelo que estés usando (casi todos los modelos quantum board te indican unos 80 cm y a un 30% de su potencia). Ten en cuenta que la semilla es muy sensible al calor excesivo, por lo que jamás la dejes todo el día bajo el sol directo con temperaturas de más de 28ºC, pues probablemente se queme y muera.
Paso 7: mantén tu tierra ligeramente húmeda siempre (no encharques!), aplicando agua con un atomizador cuatro o cinco veces al día. En este periodo, tu planta necesita mucha humedad. En un lapso de uno a dos días verás asomarse la plántula con su primer set de hojas iniciales, los cotiledones, que no lucen como las típicas hojas de marihuana, pero son su primera reserva de energía. Más pequeñitas, también aparecerán su primeras dos hojas dentadas.
¿Por qué comenzar en un vaso y no en una maceta grande? Las plántulas crecen más rápido en un recipiente pequeño que en uno muy grande. El motivo es simple: en un recipiente pequeño la tierra se seca más rápido, permitiendo que las raíces reciban más oxígeno, lo cual favorece su crecimiento. Por otro lado, en un recipiente muy grande te arriesgas a sobre-regar y ahogar las raíces de tu planta.
Cuidado de la plántula
Los cuidados de una plántula en realidad son muy simples: asegúrate que no tenga calor excesivo y mantenla húmeda, pero si le da el sol directo cuida que no haya gotitas de agua en sus hojas, pues las gotas hacen un "efecto lupa" y queman las hojas. Nunca encharques la tierra y déjala el más tiempo que puedas expuesta a la luz, evitando la luz muy fuerte:
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Procura que la humedad en el ambiente esté entre el 50% y el 70%.
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Si estás en exteriores en zonas muy cálidas, evita dejar tu plántula bajo el sol directo del mediodía. En estas horas resguarda tu plántula en un punto donde le de la resolana, pero no la luz solar directa.
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Si estás en interiores, puedes dejar tu plántula 24 horas expuesta a la luz, pero cuida que tu luz esté con la potencia y distancia recomendadas según tu modelo de lámpara. Sabrás que tu plántula NO está recibiendo la luz suficiente si comienza a espigarse (alargarse) y luce así:
Si el tallo de tu planta luce muy alargado, es por falta de luz: acerca más tu fuente de luz o sube su intensidad.
La plántula comenzará a crecer su tallo y desarrollará nuevos nodos. Cada nodo es el punto de donde sale un nuevo set de hojas.
